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Osteosclerosis en la región apical. Caso clínico.

Osteosclerosis en la región apical.

El paciente acudió a consulta por dolor al masticar en la región inferior derecha.

Todas las pruebas realizadas en los dientes 44 a 47 fueron negativas, y la pulpa era normal. El examen radiográfico reveló una imagen radiopaca circunscrita en la región apical de la raíz mesial del diente 47. Una tomografía computarizada reveló que la imagen hiperdensa no comunica con el periapice y es contigua al conducto mandibular, por lo que corresponde a una osteosclerosis.

Se realizó un ajuste oclusal y se aconsejó a la paciente que continuara.

Caso realizado por la colega Mariana Sanches, antigua alumna del curso de especialización en endodoncia del HPG Brasília.

 

Osteosclerosis: en Silva, Afonso Manuel de Castro. "Osteosclerosis idiopática: estudio radiográfico de su prevalencia en una población portuguesa". (2006).

Osteosclerosis es un término genérico utilizado para describir un engrosamiento del hueso esponjoso
que se vuelve compacto, con estrechamiento de los espacios medulares
y aumento de la radiopacidad. Los exámenes radiográficos rutinarios de los maxilares suelen mostrar áreas osteoscleróticas asintomáticas
, que suelen ser solitarias pero también pueden ser múltiples
y bilaterales.

Cuando se puede determinar la etiología de la radiopacidad, como en las lesiones inflamatorias radiopacas apicales
, sería más apropiado utilizar una nomenclatura más
específica, en este caso, osteítis condensante (OC). Por otro lado, cuando no se puede atribuir ninguna causa aparente a la zona osteosclerótica
, se utiliza el término osteosclerosis idiopática
(OI)8. Esta imagen, descrita originalmente por Stieda en 1905 apud Greenspan (1995) y
Caballes (2004)14, significa la existencia de una región localizada de hueso medular anormalmente denso
, sin relación con la existencia de ninguna infección, enfermedad
sistémica o neoplásica. Su forma puede ser redondeada, elíptica o irregular, y
su tamaño puede variar desde unos pocos milímetros hasta uno o dos centímetros de diámetro.
Independientemente de su tamaño, está confinado a los límites del hueso y no causa expansión
del hueso cortical.

La radiopacidad es variable en tamaño, forma, contorno y densidad,
y puede estar asociada a las raíces de los dientes vitales o estar completamente separada de ellos
por hueso trabecular normal. Su contorno suele ser definido, y su área puede ser
uniformemente radiopaca o con un aspecto difuso con punteado radiolúcido. Cuando se localiza en zonas edéntulas, puede representar áreas de OC que persisten tras la extracción de los dientes implicados, o ser el resultado de un traumatismo
quirúrgico o de un retraso en la cicatrización.

Desde el punto de vista histológico,
está formado por hueso vital denso, trabeculado y no inflamatorio. No se clasifica
como neoplasia benigna porque, a diferencia de ésta, no sigue creciendo hasta que se trata
. Matteson
lo clasifica como hamartoma, es decir, un desarrollo
atípico de tejido normal causado por un crecimiento y desarrollo anormales. Los
hamartomas no se consideran verdaderas neoplasias porque no crecen
indefinidamente.

Aunque en la literatura se suele denominar OI por
su etiología desconocida, también es frecuente referirse a ella como una isla de hueso denso
. La literatura también ha encontrado otros nombres para esta lesión
: enostosis, hueso esclerótico, isla de hueso compacto, cicatriz ósea, ébano,

Introducción

Osteopetrosis focal periapical, endosteoma. Esta variedad terminológica denota la confusión
que existe en la clasificación de las lesiones osteoscleróticas focales. De hecho, el término
enostosis se utiliza en la literatura de forma un tanto confusa, ya que para algunos autores
se considera sinónimo de OI y para otros como un tipo de OI
que hace referencia a formaciones localizadas de hueso compacto que crecen desde la superficie interna del
hueso cortical hacia el hueso esponjoso. Son el equivalente interno de las exostosis, cuyo aspecto
radiográfico e histológico es similar al de la OI.

Es importante destacar que la OI no es una lesión exclusiva de los maxilares, y puede producirse
en cualquier hueso del esqueleto, aunque es más frecuente en los huesos del
esqueleto axial, en particular la pelvis, la columna vertebral, las costillas, el fémur y el húmero. En 1983,
Resnick y sus colaboradores (et al.) investigaron la existencia de OI en la columna vertebral de
100 cadáveres con edades comprendidas entre 46 y 93 años (media de 68 años).
Extrajeron los cuerpos vertebrales torácicos y lumbares y los radiografiaron, detectando la
presencia de OI en el 14 % de los cadáveres que examinaron.

Las lesiones de OI suelen diagnosticarse por sus
características clínicas y radiográficas. Se diferencian fácilmente de otras lesiones
óseas más significativas, como las metástasis óseas, aunque en ocasiones su
gran tamaño, potencial de crecimiento y actividad gammagráfica
pueden dificultar el diagnóstico. La biopsia puede utilizarse para detectar las
características histológicas del hueso compacto laminar, pero se trata de un procedimiento que raramente
requiere.
Su importancia clínica no viene determinada por sus síntomas, ni
por las complicaciones que puedan derivarse de ella, sino más bien por la necesidad de
conocer mejor esta entidad para evitar investigaciones o tratamientos
innecesarios derivados de un diagnóstico incorrecto36. Por este motivo, en la literatura científica
se las denomina "don't touch lesions", es decir, lesiones que no deben tratarse ni tocarse,
sólo diagnosticarse y controlarse.

Por otra parte, se han establecido posibles asociaciones
entre lesiones escleróticas en los maxilares y otras patologías sistémicas, como el síndrome de Gardner
, la poliposis adenomatosa familiar, el adenocarcinoma del intestino
, la enfermedad renal crónica y el hiperparatiroidismo.

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