La terapia fotodinámica en endodoncia, mediante láser, especialmente el láser de baja potencia, es ya una realidad en la mayoría de las consultas, especialmente para la terapia fotodinámica. A continuación encontrará una guía con los materiales utilizados y el protocolo de uso de esta importante tecnología en el tratamiento endodóntico.
En: Ricardo Machado. Endodoncia. Principios biológicos y técnicos. Editora Gen, 2022.
Introducción
El objetivo básico del tratamiento endodóntico es mantener o restaurar la salud de los tejidos periapicales mediante la limpieza y obturación del sistema de conductos radiculares. La preparación biomecánica y la medicación intracanal (cuando se utiliza) se encargan de la desinfección. La obturación mantiene la limpieza obtenida y es esencial para el éxito a largo plazo del tratamiento.
Los estudios han demostrado las limitaciones de la preparación biomecánica y la medicación intracanal para reducir el contingente microbiano presente en el sistema de conductos radiculares.
Se han propuesto estrategias complementarias para potenciar la desinfección del sistema de conductos radiculares, entre las que destacan la agitación de irrigantes, la ozonoterapia y la terapia fotodinámica.
La terapia fotodinámica se basa en el uso de un colorante fotosensible no tóxico, irradiado por una luz visible de longitud de onda adecuada, en presencia de oxígeno. También se denomina terapia fotodinámica antimicrobiana, desinfección activada por luz, quimioterapia fotodinámica antimicrobiana y desinfección fotoactivada. Esta estrategia ha demostrado buenos resultados en la eliminación de los microorganismos restantes tras la preparación biomecánica, con o sin el uso de medicación intracanal.
El objetivo de este capítulo es exponer el uso de la terapia fotodinámica como estrategia auxiliar para limpiar y desinfectar el sistema de conductos radiculares.
Historia
El uso de la luz para restablecer la salud es una práctica antigua. Las primeras civilizaciones de Egipto, India y China intentaron tratar enfermedades como la psoriasis, el vitíligo y el cáncer mediante la luz solar.
Los primeros informes de que la asociación entre tintes y luz podía generar efectos antimicrobianos se remontan a hace más de 100 años. En 1900, Oscar Raab y Hermann von Tappeiner observaron que la acridina roja podía absorber la luz del ambiente y provocar efectos tóxicos en los cultivos de protozoos. Von Tappeiner y Jesionek (1903) descubrieron que era posible tratar las lesiones cancerosas de la piel utilizando eosina tópica activada por luz blanca. Un año más tarde, Von Tappeiner y Jodlbauer (1904) demostraron que la presencia de oxígeno era primordial para que se produjera el proceso de fotosensibilización.
La investigación más estructurada sobre la terapia fotodinámica se desarrolló inicialmente en el campo de la medicina.38-43 Con el tiempo, esta estrategia también se ha estudiado en odontología, y más concretamente en endodoncia.
En los últimos años, la investigación in vitro e in vivo ha demostrado que la terapia fotodinámica puede ser una importante estrategia auxiliar en el proceso de limpieza y desinfección de los conductos radiculares.
Mecanismo de acción
El mecanismo de acción de la terapia fotodinámica se produce cuando el colorante (agente fotosensibilizante) absorbe fotones de luz, y sus electrones pasan a un estado excitado - estado triplete. En presencia de un sustrato (oxígeno), al volver a su estado fundamental, el agente fotosensibilizante transfiere energía al sustrato, formando radicales libres de alta citotoxicidad.
Dos mecanismos (reacciones) explican cómo el fotosensibilizador en estado triplete puede reaccionar con biomoléculas. La reacción de tipo I implica la transferencia de electrones a moléculas de sustrato. Esto conduce a la producción de radicales libres que reaccionan rápidamente con el oxígeno, dando lugar a la producción de superóxidos, radicales hidroxilo y peróxido de hidrógeno.
En la reacción de tipo II, el fotosensibilizador excitado transfiere energía al oxígeno, dando lugar a la producción de moléculas electrónicamente excitadas: oxígeno singletet. Los superóxidos, los radicales hidroxilo, el peróxido de hidrógeno y el oxígeno singlete causan daños en la membrana celular, las mitocondrias, el núcleo y otros componentes celulares microbianos.
Es difícil distinguir entre las dos reacciones, sin embargo, el tipo II se acepta como la vía principal de destrucción de las células microbianas durante la realización de la terapia fotodinámica.
Terapia fotodinámica en endodoncia.