Tratamiento endodóntico seguro. Resumen de la conferencia durante el Encuentro de Endodoncia del Prof. José Luiz Lage-Marques, Universidad de São Paulo.
Tratamiento endodóntico seguro en relación con el foramen y procedimientos extraforaminales, permeabilidad apical y ensanchamiento foraminal.
En: Ferrari et al. Cartografía tridimensional del ápice radicular: distancias entre ápices y estructuras anatómicas y placas corticales externas. Braz. Oral Res. 2021;35:e022.
IntroducciónLa pulpa dental puede lesionarse debido a diversos agentes irritantes, y el tratamiento del conducto radicular (TCR) puede estar indicado en algunos casos para restaurar el bienestar de los dientes.1,2,3 Sin embargo, los dientes están situados cerca de estructuras anatómicas sensibles, como el seno maxilar y el conducto mandibular4,5,6,7,8,9,10,11,12,13,14,15,16,17 y las placas corticales bucal y lingual.4,7,10,14,18,19,20,21,22,23 Por lo tanto, el diagnóstico endodóncico y la planificación del tratamiento de estos casos requieren una mayor atención por parte del endodoncista. Las lesiones químicas, físicas y biológicas afectan a estas zonas anatómicas sensibles durante el tratamiento de los conductos radiculares, desde las de menor gravedad con resolución espontánea hasta los accidentes más graves que requieren intervención quirúrgica, como el desbordamiento de hipoclorito sódico, la fractura de instrumentos endodónticos, la extrusión de restos y cemento de obturación y la parestesia labiomandibular, entre otros.24,25,26,27,28Una técnica especialmente preocupante es el ensanchamiento del foramen apical, que permite una gran cantidad de intrusión química y mecánica en la zona periapical durante la instrumentación,29,30 mientras que la instrumentación no debe avanzar más allá del foramen apical.31 Durante muchos años, un localizador electrónico del ápice se consideró un dispositivo preciso para localizar el ápice radicular.32 Sin embargo, se demostró que esta precisión se veía afectada por la proximidad de los dientes a determinadas estructuras anatómicas.33,34 El examen radiográfico periapical se suele utilizar durante el diagnóstico y el tratamiento del conducto radicular; sin embargo, no proporciona una estimación adecuada de la posición apical desde el punto de vista anatómico.35 La tomografía computarizada de haz cónico (CBCT) es el recurso más adecuado, ya que proporciona una visión tridimensional de la anatomía dental y su relación con las regiones anatómicas adyacentes, lo que permite visualizar las estructuras superpuestas y eliminar las distorsiones de la imagen.36 Esta imprecisión en la determinación de la longitud de trabajo del conducto radicular y la distancia entre el agujero apical y las estructuras anatómicas cercanas puede provocar lesiones en estas estructuras. Por lo tanto, el objetivo de este estudio era determinar las distancias medias entre los ápices de los dientes posteriores maxilares y la pared inferior del seno maxilar, determinar las distancias medias entre los ápices de los dientes posteriores mandibulares y el borde superior del conducto mandibular, y medir la proximidad entre los ápices radiculares de dientes enteros en relación con las placas corticales adyacentes.
En: Abra et al. Revista Iberoamericana de Humanidades, Ciencias y Educación-REASE. Revista Iberoamericana de Humanidades, Ciencias y Educación. São Paulo, v.8.n.03.mar. 2022.
INTRODUCCIÓN El hipoclorito sódico (NaOCl) fue reconocido por primera vez como agente antibacteriano en 1843; el lavado de manos con solución de hipoclorito entre los pacientes producía tasas anormalmente bajas de transmisión de infecciones. Hoy en día, el irrigante más utilizado es el hipoclorito sódico (NaOCl). Fue indicado por primera vez como solución antiséptica por Dakin en 1915 para la limpieza y desinfección de las heridas de los soldados de la Primera Guerra Mundial, y en la actualidad es de uso común en todo el mundo (BORRIN et al., 2020). Su uso se ha extendido posteriormente a otras áreas, especialmente a la irrigación de conductos radiculares.
Esta sustancia se encuentra en concentraciones de 0,5% a 5,25% y tiene propiedades importantes como la acción antimicrobiana, el poder de disolver la materia orgánica y la capacidad desodorizante (GRAÇA, 2014). El NaOCl se utiliza como irrigante endodóntico por ser un antimicrobiano eficaz y tener capacidad de disolución de tejidos. Tiene baja viscosidad, lo que permite una fácil introducción en la arquitectura del conducto, vida útil aceptable, fácilmente disponible y barato. La toxicidad de su acción sobre los tejidos vitales y la corrosión de los metales son sus principales desventajas en el uso dental (SALUM et al., 2012).El hipoclorito de sodio reacciona con los ácidos grasos y aminoácidos de la pulpa dental, lo que resulta en la licuefacción de los tejidos orgánicos.
No existe una concentración universalmente aceptada de hipoclorito sódico para su uso como irrigante endodóntico. La acción disolvente del hipoclorito sobre las bacterias y los tejidos aumenta con su concentración, pero va acompañada de un aumento de la toxicidad. Las concentraciones utilizadas varían en un 5,25% en función de los protocolos de dilución y almacenamiento de cada profesional. Existen calentadores de soluciones para elevar la temperatura a 60°C. Aumentar la temperatura de una solución de hipoclorito incrementa la actividad bactericida y de disolución pulpar, aunque el efecto de la transferencia de calor sobre los tejidos adyacentes es incierto (FREITAS et al., 2020).A altas concentraciones, el NaOCl causa hemólisis, ulceración, inhibición de la migración de neutrófilos, daño a las células fibroblásticas, debilidad del nervio facial y necrosis tras la extrusión durante el tratamiento endodóntico.
Como agente blanqueador, el vertido accidental de este agente puede dañar la ropa y los tejidos blandos. La introducción accidental de hipoclorito sódico más allá del sistema ductal puede provocar daños extensos en los tejidos blandos o los nervios e incluso dañar las vías respiratorias. Por lo tanto, la profundidad a la que la cánula de irrigación penetra en el conducto, el volumen y la frecuencia de irrigación son aspectos que influyen en la competencia del agente irrigante (SOARES et al., 2007).A pesar de los posibles accidentes y complicaciones, puede decirse que el hipoclorito de sodio (NaOCl) representa el "patrón oro" para la irrigación endodóntica.La irrigación del conducto radicular es una secuencia clave para el éxito del tratamiento endodóntico. Debido a sus propiedades antimicrobianas y de disolución del tejido biológico, el hipoclorito de sodio (NaOCl) es el irrigante más eficaz y, naturalmente, el más utilizado (TRAVASSOS et al., 2020).
Prevención de accidentes en la irrigación endodóntica