A menudo, en la rutina clínica nos encontramos con casos en los que no se alcanza el objetivo previsto y, a menudo, saber dónde y cuándo parar es el secreto del éxito del tratamiento. En este caso, el colega envió al paciente para un intento de tratamiento endodóntico tras el acceso y exploración de los conductos, sin éxito. Hubo investigaciones tomográficas que demostraron la ausencia de conductos radiográficos visibles e imágenes periapicales incompatibles con la normalidad. En el examen clínico no se observaron signos ni síntomas. A continuación se intentó localizar los canales con microscopía y sólo se tuvo éxito en DV. A continuación, se orientó al paciente para el seguimiento clínico y radiográfico. En caso de fracaso, deben planificarse tratamientos alternativos, como el acceso quirúrgico o guiado.