Perforación de raíz contaminada. ¿Qué se debe hacer? En el caso de una perforación antigua con contaminación, se debe descontaminar la zona con hidróxido de calcio antes de cerrar la perforación con MTA o cemento biocerámico.
A continuación se ofrece una guía para las perforaciones endodónticas contaminadas tratadas con cemento de reparación biocerámico o MTA.
En: Fukunaga D, Barberini AF, Shimabuko DM, Morilhas C, Belardinelli B, Akabane CE. Use of mineral trioxide aggregate (MTA) in the treatment of root perforations: clinical case report. Revista de Odontologia da Universidade Cidade de São Paulo 2007 Sep-Dic; 19(3):347-53
INTRODUCCIÓN
Con los recursos de que dispone la odontología moderna
, el tratamiento endodóntico tiene una tasa de éxito
cercana al 95%, según Grossman5 (1983); Ingle9
(1961). Sin embargo, existe la posibilidad de fracaso
cuando no se conocen correctamente la anatomía dental y sus variaciones, las técnicas operatorias,
los instrumentos y materiales utilizados, y no se realiza un
diagnóstico correcto, lo que da lugar a errores y accidentes durante el tratamiento.
La instalación de comunicaciones entre la cavidad pulpar
y los tejidos periodontales es el resultado de procesos patológicos como lesiones cariosas extensas o mecanismos iatrogénicos
durante las maniobras terapéuticas endodónticas
(dirección incorrecta de la trepanación, desgaste excesivo de la dentina
, uso inadvertido de instrumentos rotatorios
) o también en procedimientos restauradores post-endodónticos
(confección de retenedores intra-radiculares). (Páttaro et al.15 2004)
En cuanto a éstos, los profesionales podemos minimizarlos
utilizando técnicas precisas, instrumentos
más seguros y fáciles de manejar, y conocimientos adquiridos a través de
la lectura, la investigación y la práctica clínica.
Podemos minimizar las consecuencias de estos errores y
accidentes utilizando materiales de retrorrelleno que
sean restauradores, selladores, inertes, biocompatibles, radiopacos y con buena adhesión a la dentina.
Estos materiales pueden ser amalgama, hidróxido de calcio
, ionómero de vidrio, resina compuesta y MTA
(Mineral Trioxide Aggregate), entre otros. Debido a que
es un material relativamente nuevo en el mercado, el MTA
ha sido objeto de numerosas investigaciones sobre
sus características, comportamiento e indicaciones,
incluso comparándolo con materiales de uso común en la actualidad. (Ruiz et al.17 2003).
El MTA fue desarrollado por Mahmoud Torabinejad, profesor e investigador de la Universidad de Loma
Linda, California (EE.UU.), y sus indicaciones clínicas
son el recubrimiento pulpar, la pulpotomía (en dientes
con ápices radiculares no formados), pulpas necróticas
(en forma de tapón apical), reparación de perforaciones
conducto radicular, reabsorción interna, intracanal o mediante
intervención quirúrgica, como material retroobturador,
además de estimular la deposición de cemento radicular (Torabinejad y Chivian19,1999; Ruiz et al.17 2003). Se ha estudiado su potencial para sellar
entre el sistema de conductos radiculares y la superficie externa del diente.
En un estudio realizado en perros, Ford et al.4
(1995) observaron el uso de MTA, en comparación con la amalgama,
en el tratamiento de perforaciones de furcación. Los investigadores
realizaron perforaciones en el suelo de las cavidades pulpares de los dientes, donde la mitad de ellas fueron restauradas inmediatamente con amalgama y MTA, y la otra
mitad fueron tratadas, previa exposición al medio oral
durante seis semanas. Los resultados se recogieron después de cuatro meses, mostrando que había formación de cemento
sobre el MTA en el 83,33%, sin presencia bacteriana, sin proliferación epitelial y con inflamación moderada
en el 16,66% de los casos, cuando se trataron inmediatamente.
En el grupo en el que las perforaciones estaban expuestas al entorno oral
, se formó cemento sobre el MTA en el
28,57%, sin presencia bacteriana, proliferación epitelial
en el 42,85% e inflamación moderada en el 28,57%
y grave en el 28,57% de los casos. El MTA demostró ser superior a la amalgama en todos los aspectos descritos.
Nakata et al.13 (1998) también comprobaron que no había penetración bacteriana (Fusobacterium nucleatum) en todos los dientes
en los que la perforación se selló con MTA. Lo mismo
ocurrió en el estudio in vitro realizado por Torabinejad et
al.20,21 (1995) sobre el poder de penetración bacteriana
de Staphylococcus epidermidis, en el que los resultados mostraron que el MTA no permitió la proliferación bacteriana,
durante el período del experimento (noventa días).
Perforación radicular con daño óseo