Tratamiento endodóntico de un molar C. Anatomía en endodoncia. Tratamiento endodóntico realizado en un conducto C del diente 47, con necrosis pulpar y periodontitis apical asintomática en una paciente.
Caso realizado por los alumnos Vinícius Zuim y Lucas Moreira del curso de especialización en endodoncia de Chibebe Cursos en Taubaté.
Anatomía en endodoncia. En: Marceliano-Alves MFV, Miyagaki DC, Linden MSS, Brasil SC, Dantas WCF, Alves FRF. Compêndio Multidisciplinar em Odontologia 1: 45-51.
INTRODUCCIÓN
Los objetivos de la terapia endodóntica son la eliminación de restos orgánicos, el saneamiento y la obturación tridimensional de los conductos radiculares. En un trabajo clásico en la literatura endodóntica, Schilder40 (1974) introdujo el concepto de limpieza y conformación, es decir, limpieza y conformación del conducto radicular, reafirmando la importancia de la conicidad continua desde el tercio cervical hasta el tercio apical, manteniendo el formato original y la posición del foramen.
La realización de estos pasos sólo es posible con el conocimiento de la anatomía de la cavidad pulpar, de sus aspectos normales y, principalmente, de sus variaciones, factores que orientan la apertura coronaria, la localización de los conductos y la instrumentación. Las variaciones en la morfología llevan a utilizar la expresión "sistema de conductos radiculares" (STR) y, al estar en comunicación directa con los tejidos perirradiculares mediante ramificaciones apicales, conductos colaterales y accesorios, deltas y conexiones intercanales, el desconocimiento de la diversidad anatómica es una de las principales causas de fracaso del tratamiento.
En dientes con conductos rectos, la aplicación de los principios de Schilder40 (1974) es menos crítica; sin embargo, en conductos curvos, dependiendo del grado de curvatura, las dificultades aumentan y pueden resultar en accidentes, tales como: desviación del trayecto original del conducto, perforaciones, cremallera, desgarros y escalones. Un diente que tiene conductos curvos y presenta la mayor frecuencia de tratamiento endodóntico es el primer molar inferior; por lo tanto, el conocimiento de su anatomía interna es imperativo49. 49 Estos dientes tienen una raíz mesial y otra distal, pero pueden tener una raíz accesoria en la región distolingual. En la raíz mesial, normalmente se encuentran dos conductos (mesiobucal y mesiolingual), pero pueden identificarse de uno a tres conductos. La raíz distal normalmente tiene un conducto, pero puede tener dos.
Barker et. al.4, en 1969, tras un estudio anatómico en primeros molares mandibulares, informaron de un caso de un primer molar mandibular con una raíz mesial con tres conductos separados. También consideraron que las variaciones en la forma y el número de conductos son mayores en las raíces mesiales, que aparecen como conductos múltiples y con comunicaciones entre ellos.
Como se ha visto, las raíces mesiales de los molares mandibulares pueden presentar uno, dos o tres conductos y, dependiendo de la anatomía, pueden suponer una dificultad durante la preparación del conducto. Otra complejidad de estos dientes es la proyección cervical de dentina en la pared proximal de las raíces mesiales que aumenta con el tiempo debido a la deposición de dentina secundaria. Esta estructura conduce a una reducción mesiodistal de la cámara pulpar, dificultando la localización de la entrada de los conductos. Esto, sumado a la curvatura del canal, puede restringir el movimiento de la lima y producir un efecto de palanca, que culmina en un desgaste de la pared externa de la curvatura en el tercio apical y de la pared interna en los tercios cervical y medio.
Anatomía en endodoncia.