Novedades sobre la nueva alternativa en soluciones de irrigación en endodoncia. Un irrigante patentado de un solo uso para endodoncia acaba de llegar al mercado estadounidense, según sus fabricantes. Por lo tanto, ya no sería necesario utilizar protocolos de irrigación con dos sustancias y utilizar sustancias inactivas para la dilución.
Ya existen otras asociaciones de sustancias, pero todas deben ir acompañadas de una sustancia más, durante el riego final. Por lo tanto, se abren nuevas perspectivas para acelerar el tratamiento endodóntico.
Ahora se esperan estudios independientes y, si todo va bien, llegará al mercado nacional.
La irrigación en endodoncia es la principal herramienta para resolver los problemas inherentes al tratamiento endodóntico: la difícil anatomía de la región apical, con deltas apicales y conductos y forámenes accesorios, y la necesidad de descontaminación microbiana y eliminación de la capa de barrillo dentinario en esta zona. Por lo tanto, la irrigación es el paso más importante y decisivo para un pronóstico positivo del tratamiento.
Los recursos surgidos en las dos últimas décadas han modificado considerablemente las técnicas de irrigación, haciéndolas mucho más eficaces en sus objetivos principales: limpieza, descontaminación y disolución de tejidos. Entre las diversas sustancias activas utilizadas en la irrigación destacan el hipoclorito sódico, el EDTA, la clorhexidina, el ácido cítrico y el alcohol. Las sustancias inactivas más utilizadas en la dilución de estas sustancias son el agua destilada, la solución salina y los detergentes. El gran cambio en la irrigación en endodoncia ocurrió realmente con la llegada de agujas más finas, con salida lateral, para evitar accidentes, métodos de agitación de la sustancia dentro de los conductos radiculares, con el uso de puntas ultrasónicas y recursos mecánicos, y la adopción de protocolos de irrigación final buscando unir las propiedades de diferentes sustancias. Dichos avances, junto con las maniobras de permeabilización y ensanchamiento foraminal, permitieron una descontaminación más eficaz de la región apical, así como un despeje más eficaz de los canalículos dentinarios en todo el sistema de conductos radiculares. También se produjo una evolución de las soluciones de irrigación en endodoncia.
Varios trabajos de la literatura han informado de una mayor eficacia de estas técnicas de riego que las tradicionales. Sin embargo, varios accidentes durante la irrigación han sido relatados en la literatura, por lo que es necesario adoptar prácticas que eviten la ocurrencia de tales accidentes, como el acceso cervical para drenar los irrigantes, el uso de agujas de irrigación con salidas laterales, el cuidado de no atascar la aguja en la región del foramen durante la inyección, no utilizar puntas plásticas para la inyección y el cuidado en regiones de formación radicular incompleta o reabsorción apical.