Fractura de lima endodóntica. A continuación se ofrece una guía, basada en la bibliografía, para la prevención.
La fractura de un instrumento endodóntico puede tener un impacto negativo en el pronóstico del tratamiento, principalmente al bloquear o impedir el acceso a todo el conducto radicular, comprometiendo su conformación y limpieza.
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Aunque se trata de un tema controvertido, la revisión de la literatura indica que el pronóstico asociado a la fractura de una lima puede tener una tasa de éxito favorable del 89%, tanto en casos de pulpas vitales como necróticas. Los casos en los que existe una lesión periapical previa presentan un peor pronóstico, con una disminución de la tasa de éxito hasta el 47%.
El abordaje de situaciones clínicas con instrumentos fracturados puede realizarse mediante abordaje quirúrgico o convencional a través de tratamiento endodóntico no quirúrgico, intentando la extracción o derivación de los instrumentos. La ruta de aproximación suele ser la más recomendable. Es importante tener en cuenta que se trata de un proceso difícil que requiere, además de los conocimientos y la experiencia del profesional, materiales específicos, concretamente microscopía, para adoptar un procedimiento lo más seguro posible.
La evaluación del caso debe hacerse con rigor y algunos factores que pueden influir en la posibilidad de retirar el instrumento son conocidos e importantes a considerar, a saber (Prof. Carlos Morais y Miguel Stanley).
Los instrumentos endodónticos, ya sean limas manuales, limas rotatorias o reciprocantes o lentillas e instrumento de irrigación y fresas degates o Largo, pueden fracturarse dentro del conducto radicular en cualquier región, apical, media y cervical. Si no se respetan la velocidad, el par y otros parámetros como el tipo y el sentido de giro, además de un uso incorrecto, existe el riesgo de que el instrumento se separe, lo que a menudo resulta difícil de eliminar.
En caso de fracaso con cualquier técnica, entonces está indicada la cirugía paraendodóntica para la resolución a través del ápice, retirando el instrumento y realizando la retropreparación y retroobturación.